miércoles, 29 de abril de 2009

"Nosotras que nos queremos tanto"


Este es el título del libro que por estos días me encuentro leyendo. Aprovecho que mis últimas visitas (según los contadores de visitas que tengo) son mayoritariamente de países latinoamericanos, para hablar de este libro.

No me lo he devorado porque con el estudio para el examen de grado no da para tanto, pero así se disfruta más.

"Nosotras que nos queremos tanto" es la historia de cuatro mujeres que son amigas y compañeras de trabajo. Su autora, la chilena Marcela Serrano, narra de un modo tan absorbente la historia, que me atrevo a contar que por poco no me paso de estación de tren o de micro. Vergonzoso, pero indiciario.

Estas cuatro mujeres son tan disímiles como parecidas, y de esto me aferro para una reflexión personal. En mi familia son frecuentes los "aquelarres"... sobre todo mi familia materna. Con el paso de los años es cada vez más notoria la inmensa mayoría de mujeres que llenamos el hogar de mis abuelos cada domingo. Mi madre tiene seis hermanas y ningún hermano! Y de aquellas que viven por esta zona, todas tienen hijas. Sólo 2 primos y más de 10 primas.

El punto es que el momento de conversar y compartir experiencias, es casi mágico. Mágico porque se juntan generaciones de cuentos y anécdotas, partiendo por mi nonagenaria abuela - nacida en septiembre de 1913 -, pasando por las madres - cuyas edades varían en alrededor de dos décadas - y llegando finalmente a nuestra generación.

Obviamente la profundidad y la intimidad que comparten las mujeres en el libro, no se acerca ni remotamente a lo que se conversa en casa de la abue... evidentemente: se acerca más a lo que estás acostumbrada a compartir con tus amigas. Pero no deja de ser un momento en que nos acercamos para diferenciarnos y apreciarnos según los miles de puntos de vista que están presentes en la habitación.

Es verdaderamente hermoso, cuando se da.

¿Qué es lo que tienen las mujeres que les hace agruparse, querer proteger a toda costa y amar hasta lo imposible a su gente? ¿Lo tendrán los hombres también?

La canción es "Woman" de John Lennon... la letra a continuación.

Woman I can hardly express,
My mixed emotion at my thoughtlessness,
After all I'm forever in your debt,
And woman I will try express,
My inner feelings and thankfullness,
For showing me the meaning of succsess,
oooh well, well,
oooh well, well,

Woman I know you understand
The little child inside the man,
Please remember my life is in your hands,
And woman hold me close to your heart,
However, distant don't keep us apart,
After all it is written in the stars,
oooh well, well,
oooh well, well,

Woman please let me explain,
I never mean(t) to cause you sorrow or pain,
So let me tell you again and again and again,
I love you (yeah, yeah) now and forever,
I love you (yeah, yeah) now and forever,
I love you (yeah, yeah) now and forever,
I love you (yeah, yeah)...

sábado, 18 de abril de 2009

"Cartas de amor"

Cuando estaba en el colegio, las cartas de amor eran un tema.
Me explico.
Siempre he enviado y recibido cartas de amistad, desde chica, cuando nos enviamos alguna que otra correspondencia con mis primas de Arica y de Temuco... ALGO.

Pero cuando empecé a adentrarme en esta dinámica de las relaciones amorosas, parada obligada en aquel tiempo era el de las cartas de amor. Y es que el romanticismo que implica que alguien se de el trabajo de elegir palabras para una, y que busque el modo más adecuado de plasmarlas, vale - sin duda - mucho más que regalos, por costosos que sean.

Durante la misma época, las experiencias con "cartas de amor" son jocosas anécdotas que vale la pena omitir.

Si fuera el "Chavo del 8" diría que "sin querer queriendo" ha habido una época de mi vida en que he enviado y recibido cartas de amor todos los días. Desde el 9 de septiembre de 2007 y hasta el 20 de julio del 2008, no sé cuantos cientos de cartas envié y recibí... vía email - lo que le resta considerablemente romanticismo, lo que (según creo) las circunstancias en que se desenvolvió esta historia son atenuantes en dicha resta -.

Por estos días me dispongo a escribir con lápiz y papel una carta... de amor, obvio. Y debe ser algo de pánico escénico, pero de empezar, sólo sé que se inicia con el comienzo... nada más.

¿Carta?
JA!

perdón.... ¿Canción? "The letter" de James Morrison (video con letra abajo)

jueves, 16 de abril de 2009

Gracias a la vida...







De mi círculo más cercano de personas, durante esta semana, al menos 4 han ido a funerales o velorios, o han sufrido pérdidas de esas que no se llenan nunca.




Sumado a eso, las noticias del martes pasado, venían especialmente trágicas...




Me bajonié hasta donde no es posible por cosas que - en teoría - no deberían afectarme directamente.




Hasta que, en ese preciso instante en que me disponía a preguntarle a Dios dónde estaba mientras quedaba semejante tendalada en TODAS partes, como por arte de magia, en la banda sonora de mi cabeza, comenzó Violeta Parra a consolarme: "gracias a la vida... que me ha dado tanto".


¡Caramba!


Y es que no se trata de ser feliz, sabiendo que "hay gente que de verdad lo está pasando mal". Simplemente se trata de ser agradecido y, en ese mismo sentido, estar con la gente que puedes ayudar, porque simplemente no puedes largarte a llorar porque un pequeño necesita un donante de órganos, o porque una niña perdió la vida en su intento por ganársela...


Y es que, tampoco se trata de ser egoísta y de cerrar los ojos a cosas que verdaderamente ocurren. Como he dicho en otras ocasiones, se trata de no PRE ocuparse... se trata de realmente OCUPARSE por hacer de este un mundo mejor.


¿Y qué mejor que arreglar el mundo, partiendo por ser agradecido de lo que se tiene? Familia, amigos, pareja, mascota, o lo que se prefiera (ojalá no plata, porque es de lo más volátil, sobre todo en estos días).
¿Canciones?
- don't worry, be happy
- live and learn (the Cardigans)
- gracias a la vida
- ETC.
 
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